Por: Maura Chantre. Auxiliar de mercadeo.
Administradora del almacén Prodigy y Outlet Livorno.
Es común encontrarse con comentarios como: “me duelen los pies”, “no me aguanto estos zapatos” o “quisiera sentarme ¡ya!”. Con frecuencia suelen ser las personas que utilizan el transporte público y, desafortunadamente, no siempre se puede ir sentado; también es común escucharlos en aquellas personas que están haciendo la fila en el banco y que tienen que esperar su turno. En general todos los que están la mayor parte del día de pie son de quienes se reciben este tipo de comentarios y, sin pensar, automáticamente miras los pies y los zapatos que lleva la persona; nota uno que no siempre llevan un calzado adecuado y me pregunto ¿será que se hace difícil encontrar calzado suave que mitigue el dolor?
Está claro que los pies soportan el peso de nuestro cuerpo, nos dan la fuerza y estabilidad que necesitamos para estar de pie y además lo más importante: nos permiten poder caminar. La mayoría de dolores que se presentan a diario en nuestros pies y que padecen las personas se desarrollan por no utilizar un calzado adecuado; con el paso del tiempo nos vemos perjudicados, pues no soportamos estar de pie, no logramos aguantar trayectos caminando. Lo ideal y la recomendación principal siempre será buscar zapatos con el ancho y largo preciso que cumpla con el correcto balance que necesitamos, que las suelas de nuestros zapatos cumplan con la resistencia requerida, que nos permita estar cómodos la mayor parte del tiempo y lo esencial, que no perjudique nuestra salud día a día.
Tener zapatos cómodos hoy en día debe ser una prioridad, además de ser salud preventiva y calidad de vida.