Escrito por: Maura Chantre. Auxiliar de mercadeo. Administradora del almacén Prodigy y Outlet Livorno.
Empiezo escribiendo este pequeño artículo recordando a una clienta que hace un tiempo llego al almacén donde tengo la fortuna de atender. Me comenta en su paso por la tienda, cuando la atendí, que buscaba unos zapatos altos y que fueran muy suaves. Por supuesto le muestro el calzado que tengo disponible; ella se los prueba, los calza -conté aproximadamente cuatro referencias- y empiezo a notar que no se siente cómoda con aquellos zapatos que le mostré. Mientras se probaba los zapatos me dice que la disculpe porque para ella es difícil escoger algo rápido, y que además cuando no se siente cómoda se torna complicado; me comenta y me dice así: “esto que tú ves ahora, que no resisto cualquier zapato, se debe a que siempre utilicé de joven zapatos muy altos y demasiado angostos, ya en esa época solo lo hacíamos por moda y vanidad pero ahora que ya soy mayor veo que eso me ha traído no solo dolores de cabeza, sino también de pies ya que ahora ando con un dolor constante que con el tiempo se incrementa”.
Afortunadamente encontré para ella unos zapatos no tan altos con los cuales sus pies ya no sentían molestia alguna. Sin embargo me quedé con ese comentario que me hizo, hablando del cuidado de los pies, y noto frecuentemente que son pocos los que se preocupan por su cuidado. Evidentemente las mujeres cuidan más de ellos – me refiero a pedicura o tratamientos de embellecimiento de los pies-, pero en cuanto al calzado pecamos con frecuencia por, valga la redundancia, moda y vanidad. Es más importante no abusar de la altura del tacón o plataforma, ya que eso genera incomodidad después de cierto tiempo, y tener en cuenta que los zapatos muy angostos sin espacio libre para mover nuestros pies son perjudiciales y pueden generar a largo plazo patologías como dedos montados o juanetes. También se debe relevar los zapatos -es decir, rotarlos para darles un descanso y permitirles respirar- y acostumbrarse a llevar una higiene adecuada, haciendo tratamientos preferiblemente con podólogos especialistas y no en salones de belleza que pueden ser foco de infecciones. El ejercicio también es muy importante.Todo esto si lo tomamos en cuenta nos ahorrará dolores futuros.